Venía yo de Loma Bonita la famosa ciudad de las tres mentirasde concluir una experiencia laboral intensa y enriquecedora al trabajar con arqueólogos y aprender a mirar y comprender el espacio de nuevas maneras, en un proyecto de sísmica y salvamento arqueológico que coordinaba mi amigo Alfredo Delgado. Pasamos una tarde agradable que fue coronada con una siesta que se prolongó justo al límite de encaminarnos al fandango. Consciente de la delicada salud de Vichi, traté de no perderle la vista durante aquella noche de huapango. Conversamos algunos minutos y volví a distanciarme, pero tratando de cuando en cuando de mirar cómo estaba, tratando de comprender cómo podría estar viviendo y sintiendo aquel huapango a las afueras de su casa, pero sin poder tocar ni cantar. Imaginaba cómo podría ser aquel huapango para él, tras un torrente innumerable de noches, semanas, meses, años y décadas de ser él mismo uno de los grandes animadores de la tarima, reinando sobre la tarima con su voz chillante y contindente, con su versada impecable y atinada y las pulsaciones retadoras y melodiosas de su guitarra. II Nunca fuimos amigos, ni siquiera cercanos, pero entre el y el tuve la posibilidad de compartir con él varios huapangos en su tierra natal. Son jarocho de Santiago Tuxtla Anona music, Vale la pena recordar que aquellos eran los tiempos de gloria de los grupos profesionales de son jarocho Chuchumbé, Son de Madera, Monoblanco, Utrera, Siquisirí, etc.