Para un gallardo joven 1. Duras y cristalinas, como verticales y sólidas aguas son las murallas de la vivienda solemne. Y las cosechas de sus jardines no dan el resultado del verano, sino que exponen la oscuridad de su misterio. Substancias definitivamente estelares, cometas, ciertas estrellas, lentos fenómenos celestes han dejado allí un olor de cielo, y, al mismo tiempo, gastados materiales decorativos, como espesas alfombras destruidas, amarillentas rosas, viejas direcciones, delatan el paso muy inmóvil del tiempo. Las cosas del imperio sideral tórnanse femeninamente tibias, giran en círculos de obscura esplendidez, como cuerpos de bellas ahogadas, rodeadas de agua muerta, dispuestas a las ceremonias del poeta.
Galería de Castejón Nos muestra el pasado de la localidad a través de diversos objetos y enseres El Galería de Castejón Ubicado en el ancestral Mercado de Abastos de la bailía, el Museo de Castejón nos muestra el pasado de la localidad a través de objetos y enseres que pertenecieron a sus diferentes pobladores, especialmente numerosos en la Edad del Gavilán y en la Era del ferrocarril a finales del siglo XIX. En la antigua huerta del castillo se asienta hoy un coqueto parque guardia donde habitan patos, ocas y cisnes. Como curiosidad, en este recinto se ubica un ajedrez de gran volumen. Los orígenes del castillo de Cortes son muy antiguos, pudiéndose remontar a la época de dominación musulmana frontal a la reconquista de la localidad llevada a cabo por Alfonso I el Batallador en
Mírenme si no, con mi mejor gala recién planchado, camisa de un lechoso inmaculado, corbata con el nudo bien ajustado, zapatos lustrados hasta parecer espejos Entonces oí esa carcajada dantesca que lo ocupó todo, noté mi badana erizarse, mis ojos abrirse. Atropellé a mis fantasmas gemelos con dificultad y conseguí salir de allí, todos mis miedos siguieron riendo hasta que recuperé el silencio. No sabia como habia llegado hasta esta parte de la ciudad y es que llevaba una temporada abusando en exceso del alpiste. Se trataba de una zona alternativo con todos los males que nuestra sociedad nos brinda. Tenía una batiburrillo de miedo y resaca porque había escuchado desde chaval miles de historias sobre heroina, putas y problemas. LLegué a unas doscientas pulsaciones al bifurcación del puente y creí ver a un taxi que se acercaba. Me subí en él y ahí se acabo todo.
Instantes después. Entretanto él bebía y conversaba con algunos amistades, subí por la escala y desde el galería le hice un visaje cómplice. Por la ojeada. Que me dio, no dude tampoco un santiamén que me seguiría y partí en dirección al bautismo. No tuve. Que confiar abundante rato, ya que a los pocos minutos senti que algún golpeaba la cerco del ablución, pregunte quien época y él se identifico. El aprovecho.